Me topé de pronto con mi padre, lo vi jovial, saludable; vestido con una chamarra café caminaba deprisa también junto con toda esa gente. Al encontrarnos me alegré muchísimo, lo abracé, le di un beso en la mejilla y le pregunté: ¿cómo estás? Él me tomó de los brazos, me miró fijamente y me dijo: la estoy buscando también, pero no la encuentro ...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario