martes, 12 de noviembre de 2013

Te soñé

Te soñé nuevamente, te morías ... ¡Sí! De nuevo, te morías, te ibas, te desvanecías.

¿Por qué te mueres tanto? ¿Por qué cada día? Te mueres en mi mesa, en mi espacio, en mis manos ... ¡Sí! En mis manos, de mis manos, te vas, te mueres, desapareces, te lloro y te lloro y te lloro y te sigues muriendo.

¿Hasta cuándo te morirás? ¿Cuántas veces se puede morir?

Así: te moriste, anoche, de nuevo, en mis sueños: ¿Por qué también en ese espacio? Los construyo, mis sueños, los forjo, te forjo, te doy rostro, voz, sonrisa, sustancia. Pero mueres, te deslizas...


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